Palpitando la final!

Por Gerardo Contreras

Leo y leo comentarios de los hinchas de la franja. Que serán campeones, que el bi-campeonato viene, que fueron los mejores de la fase regular, etc. Su exitismo me da muchas cosas para pensar. Desde risa hasta pena. La poca costumbre a los éxitos debe tener nublada su cabeza. Hay un dicho muy cierto: “No hay que limpiarse el poto antes de cagar”. Historias respecto a esto hay varias. Por ejemplo el 2004 los zorros del desierto cantaban “dale tricampeón”, o los panaderos de Independencia tenían listos los fuegos para celebrar el campeonato, en el cual el Palote los vacunó… la historia la conocemos. O cuando el 94, cuando los mismos con los que jugamos la final, estaban convencidos de que ganaban el campeonato por su plantel llenos de “estrellas” (como declaraban en los diarios de la época). Espero que esta vez, sea lo mismo.

Llegamos en disímiles posiciones: Si bien el rendimiento de ambos cuadros es igual en todo el campeonato después de 21 partidos jugados -ambos cuadros han ganado 13 partidos, empatado 6 y perdido 2-, la U llega con más de 50 goles convertidos. Pero este análisis hay que dejárselo a los que saben con los números del fútbol. Acá estamos para hablar de otras cosas.

Estos partidos son otra cosa. No es menospreciar al resto de los equipos, pero jugar con el rival clásico nos lleva a otras esferas. El atisbar las redes sociales es un lindo espectáculo. Fuego cruzado entre hinchadas (si consideramos los 50 pelagatos como tal), hace que el ambiente sea tenso entre los diversos seguidores. Pero esto es lo relevante. Esta hinchada hace diferente el clásico universitario. Una hinchada incondicional, a diferencia de la contra, que apareció este año después de campeonar. Una hinchada que se ha sobrepuesto a diferentes  dificultades que se le han puesto en el camino. No tenemos estadio, por culpa de la dictadura de Pinochet que nos quitó el parque Araucano, estuvimos 25 años sin salir campeón, jugamos el ascenso, pero acá estamos, a pesar de todo. La U es grande por sus hinchas, por su gente. Es grande por el aguante de todos los que estamos, estaremos o estuvieron alentando o jugando por esta gran institución.

Más allá de ser campeón o no, les pedimos a los jugadores que tengan por la camiseta que usan amor y pasión. Si no lo sientes, no lo entiendes. Eso es el bulla. Jugadores, don Sampa… Hay que dejar todo en la cancha.

Vamos bulla mi viejo y amado amigo, a poner huevos y a reventar monjas.