20 mayo 2011

La peregrinación a los estadios




Cada vez que hay un partido de fútbol, los hinchas se movilizan para los estadios armando sus propias fiestas en el metro y las micros, ¿la violencia –de la que tanto se habla- es sólo en los estadios?
Por Aristeo Andrés -@teoredhot-
“Chofer, chofer, chofer hay por montones, pero la mala cuea, nos tocó el más güeon”, es un cántico típico de los hinchas cuándo van en un bus del Transantiago rumbo al estadio y el conductor se demora o pone problemas a los barristas.
Por distintos motivos la asistencia a los estadios ha decaído notablemente. Mal espectáculo, entradas caras, televisación de los partidos, estigma de violencia y delincuencia en los estadios, entre otras. ¿Qué factor tiene el comportamiento de los hinchas fuera del estadio?

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El gobierno y su “Estadio Seguro” hizo surgir debate público en los distintos medios de comunicación respecto al comportamiento de las “Barras Bravas” en los estadios y la asistencia a éstos. Sin embargo, los problemas no son solo dentro de los recintos deportivos, y los políticos no tienen ninguna experiencia o conocimiento real de la situación para tratar adecuadamente la materia.
Lo que te tuviste que mamar Pelé...
Municipalidades como la de Ñuñoa han manifestado su descontento con los espectáculos deportivos que producen destrozos cifrados en millones y que los clubes no se hacen responsables al momento de organizar los partidos. ¿Solo en los estadios hay desordenes?
Los choferes y pasajeros que no van al estadio no pueden hacer nada para controlar a los hinchas, la apasionada masa hace sus fiestas y lo único que importa es llegar rápido al estadio, los cantos, las banderas, las tallas y cervezas ocupan cada espacio del transporte público.
¿Cuán arraigada están estas costumbres, que tan difícil puede ser erradicarlas para que el entusiasmo del hincha no moleste al resto?

La cotidianidad antes y después del estadio
 “Siempre pasamos a comprar unas chelas en lata y nos vamos tomando hasta el paradero, nos bajamos en Macul y nos tiramos a Irarrázaval para hacer la previa y luego AL ESTADIO”, dice “Henshiazul”, usuario del foro Los de Abajo, relatando la costumbre de muchos hinchas.
Las previas, que consisten en juntarse a tomar alcohol -cerveza preferentemente-, son comunes antes de llegar al estadio en la calle, micro o metro junto con cánticos de la hinchada a la que correspondan. Una verdadera cábala.
Al bullanguero Diego Salazar, también le gusta tomar una cerveza con sus amigos antes de ir al estadio, después toma micro y se encuentra con amigos. “Esa es la magia de ir al estadio en micro, te encuentras con harta gente. Nunca llegas al estadio solo”, dice.  También en las micros hay más licencias, es una galería, un ritual futbolero que le da más ambiente al espectáculo” remarca el hincha de la U.
Los de Abajo, Garra Blanca y Los Cruzados en las micros del Transantiago.
Cuando hay partidos, las micros que pasan son pocas y esquivan a los barristas por el temor al mal comportamiento y la fidelidad a la frase “Barra Brava no paga”. Cuando logra parar una, todos se suben como pueden, de ida y vuelta de los estadios. Apedreos, mala frecuencia de los buses, alcohol, cigarros, marihuana y una “fiesta” es el diario vivir para llegar al estadio.  
Al terminar los partidos, la salida de los estadios es multitudinaria y los servicios de transporte no dan abasto. Dado por el miedo al vandalismo y el no pago, la frecuencia de los buses baja y cuándo pasa y para alguno, todos se suben como pueden. Rafael Araneda es hincha de Colo Colo y confirma esta situación. “Cuando paran las micros abren todas las puertas y se sube todo el mundo que alcance, pero todo y van gritando. Los choferes casi ni reclaman”, dice añadiendo que esta es la única vía, porque el metro cierra.

Algunas veces, Carabineros interfiere el recorrido de las micros y desalojan a los hinchas de los buses con suma violencia, la mayoría de las veces. El hincha de Universidad Católica, Danilo Maldonado, iba tranquilamente al estadio en una micro llena de hinchas del mismo equipo y “orden y patria” expulsó a los barristas a la fuerza y sin discriminar. En reclamos.cl publicó lo siguiente sobre el trato policial: “’En mi casa nadie fuma, así que apaguen todos los cigarros y celulares los rechuchadesumadres, ¡Aquí mando yo!”, palabras de un policía de Vitacura al ser detenido sin justificación, que le valió manchar sus antecedentes policiales solo por tener una camiseta cruzada a pesar de haber pagado.

Rivalidades
El camino a los templos deportivos muchas veces está lleno de postes del alumbrado público pintado, que denotan la superioridad de la barra en distintos sectores. Blanco y negro, azul y rojos, celeste y blanco; amigos y enemigos.

Pasar por estos sectores muchas veces termina con un bus con los vidrios rotos, peleas entre las barras –correteos- y donde robar un lienzo del rival es un trofeo de guerra para humillar a los rivales. La venganza no tarda y es un ciclo vicioso. La tolerancia es una utopía.
En Vicuña Mackenna en dirección Puente Alto y mientras venia en la micro troncal 210 fuimos apedreados por barras bravas del Colo Colo (dos veces durante el viaje) y tuvimos un herido (que sería llevado al Hospital Sotero del Rio)” Dice Sergio en el reclamo 114655 de la página web reclamos.cl para dar a conocer la violencia fuera de los estadios.
Por un lado, las barras son núcleos de entusiasmo a favor de los equipos desarrollando una verdadera religión en base a estos. Por otro, esta pasión genera odio con quienes no tienen la misma postura y la guerra se desata. No hay cultura deportiva en reconocer el triunfo o la derrota, solo hay culpables y verdugos. Estas rivalidades están en equipos grandes y chicos y la violencia se hace presente para enfrentar a quienes no comparten el mismo amor por la misma camiseta.  Los apedreos y peleas son comunes, más aún cuando se juegan los denominados clásicos y, ¿qué hacen las autoridades por solucionarlos? El problema no es sólo en los equipos grandes, los provincianos no se quedan atrás.
Hay una baja histórica en los estadios como reflejó El Mercurio (27/04/11’) y es un tema que no se ha considerado debidamente y faltan soluciones  que apelen a la propia conciencia de los hinchas. Algo básico como el cuidado a los servicios de transporte ahorraría bastantes malos ratos y la gente tendría un impedimento menos para asistir a los coliseos deportivos. La misma gente que concurre al estadio, la que tiene que aguantar el mal comportamiento, el transporte público y el espectáculo del fútbol serian beneficiados enormemente.

Los hinchas en el foro de todobulla.cl manifiestan los siguientes inconvenientes. El tiempo de espera del transporte; la seguridad, rapidez y un cómodo desplazamiento en él; dinero de la entrada; el comportamiento de los hincas antes, en el estadio y posterior a este. ¿No son muchos factores como para que sólo se considere la violencia en el estadio? Muchos calzaban en que es más fácil pagar lo mismo de una entrada por el CDF y ver el partido tranquilamente.
Y eso que no hemos hablado de los accesos al estadio...

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1 comentario:

  1. Muy buen reportaje, es cierto que las autoridades culpan exclusivamente a la violencia de las bajas asistencias, pero son muchos factores además de ese los que espantan al público.
    Entradas caras, mal espectáculo, transporte inseguro, étc.
    Y una aclaración, el color del equipo de San Carlos es azul y blanco, no celeste y blanco.
    Saludos.

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